a) Errores físicos.
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Higiene inadecuada del vehículo de transporte.
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Tarimas de madera de mala calidad.
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Combos rotos por sobrepasar su capacidad.
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Cajas caídas o en el suelo por estar mal emplayadas y acomodadas.
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Embarques que llegan remojados por no mantener la temperatura adecuada y romper la cadena de frío.
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Cajas o combos que no están debidamente identificadas.
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Etiquetas sobrepuestas con información alterada.
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La planta de origen no está autorizada para importar productos avícolas a México.
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El fleje o sello físico no coincide con el declarado en el certificado.
b) Etiquetado incorrecto.
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Declaración de lotes que no corresponden con los que indica el certificado.
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Declaración de la faena por periodos y no por día.
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Incorrecta descripción de la mercancía que no corresponde a la del certificado.
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La etiqueta no trae el sello de inspección.
c) Errores en la certificación.
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Certificado sin firma de los inspectores.
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Firmas dudosas (alteradas, borrosas, sobrepuestas).
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Anexos con información incompleta a lo que exige la HRZ correspondiente.
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Fechas en el certificado que no coinciden con los anexos.
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Certificado que ampara otro tipo de producto.
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El número del USDA no coincide con el del certificado.
d) Defectos críticos o anomalías físicas del producto.
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Coágulos de sangre.
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Lesiones patológicas.
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Contusiones o magulladuras.
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Fragmentos de hueso.
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Producto en estado de descomposición.
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Material extraño en el producto.
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Plumas, lana o pelo.
e) Errores por parte del Agente Aduanal.
Captura de información errónea en la VUCEM:
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Planta.
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Fracción arancelaria.
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Número de lote.
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Fechas de sacrificio y/o empaque.
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PVIZ incorrecto.
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Importador o exportador.
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Destino final.
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Peso.
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Medidas zoosanitarias.
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Descripción del producto.
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Uso.
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Llave de pago y nombre del pago.
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Falta de documentación complementaria (factura, pago de derechos del certificado, pago de muestra etc.)
